Bajo el concepto de CIUDADES INSTANTÁNEAS queremos fijarnos en las tecnologías que se desarrollan para que en un corto periodo de tiempo, las ciudades acojan a un importante número de personas que vienen atraídas por la celebración de eventos asociados al ocio y la cultura. Tecnologías que permiten alterar los usos de los equipamientos, ocupar masivamente el espacio público, construir arquitecturas efímeras para la acogida de visitantes e incluso adaptar momentáneamente las normativas que regulan la gestión urbana. Dispositivos para la construcción de micro-ciudades dentro de ciudades ya consolidadas, diseñadas para facilitar el consumo y el recreo de la clase media.
Este fenómeno atiende a un determinado modelo de desarrollo urbano. Como consecuencia de la desindustrialización, las ciudades buscan formas de reinventarse y utilizan proyectos estrella de regeneración como estandartes de su capacidad de innovación y de despliegue tecnológico. De este modo, las ciudades tratan de exponerse al máximo y compiten entre ellas por atraer inversiones e ir escalando en una especie de ranking internacional. Dentro de esa estrategia el turismo juega una papel muy importante como tractor económico. A la explotación del patrimonio cultural e histórico con fines turísticos hay que sumarle durante los último años, la celebración de grandes eventos y campañas de marketing urbano que las coloquen en el escaparate de la economía mundial.
Un modelo que a la vez que proyecta sus luces provoca ciertas sombras y otro tipo de vacíos. Mientras que los sectores y promotores vinculados a la economía de los servicios y la cultura del ocio aplauden, la llegada masiva de visitantes y sus hábitos asociados al consumo de ocio modifican y afectan la vida diaria de los habitantes de la ciudad de acogida: ocupación del espacio público con fines mercantiles, producción ingente de residuos, sustitución del pequeño comercio de proximidad por un nuevo comercio adaptado a los gustos y necesidades de los visitantes express, sustitución del uso residencial de la vivienda para acoger a residentes ocasionales, vecinos molestos…Frente a esta situación, diferentes iniciativas ciudadanas, colectivos sociales, arquitectos, urbanistas, investigadores y agentes culturales han expresado su malestar y preocupación y reclaman formas alternativas de vivir la ciudad.
Mientras este fenómeno se expande rápidamente a nivel global, la capacidad de análisis y respuesta no llega con la misma celeridad. Las administraciones aún necesitan una regulación de normas que faciliten un desarrollo sostenible de estos nuevos fenómenos urbanos. Desde el ámbito académico son escasos los estudios sobre esta nueva realidad. Y en el mundo de la arquitectura y el urbanismo apenas hay profesionales que trabajen y experimenten en torno a las necesidades que requiere este nuevo contexto urbano.
Esta 7 edición del festival Urbanbat, explora la relación entre estos eventos culturales y las estrategias de planificación urbana, su impacto sobre el paisaje, la economía y la cultura local e invita a profesionales de la gestión urbana, arquitectos, urbanistas, instituciones, investigadores, agentes sociales y promotores de eventos a diseñar estrategias compartidas que garanticen un equilibrio para el entorno y el beneficio para la comunidad local. Nos preguntamos sobre la huella que dejan dejan este tipo de acogidas masivas en el tejido urbano, sobre el tipo de tecnologías y nuevos modelos de gestión que se están desarrollando en torno a estos recientes contextos, sobre la forma en la que se pueden transferir estas innovaciones para mejorar la calidad de vida de los habitantes y sobre el modo en que deberían diseñarse estrategias de desarrollo urbano que generen un impacto positivo y equitativo en el territorio.